domingo, 6 de noviembre de 2016

La vecina


A lo largo de los años he vivido en muchos lados, tanto en la CDMX como en el interior de la republica mexicana, antes de que Michelle existiera, no me acomodaba a vivir mucho tiempo en un solo lugar, y eso me encantaba de cierto modo, Y en el hogar de crianza que tuve, que es donde vivo actualmente, a pesar de convivir con los hombres y mujeres de mi edad o al menos la mayoria, siempre mi relacion ha sido un tanto mas cordial con la gente de mayor edad, porque honestamente con los de la nueva generacion,son todos una bola de drogos busca pleitos y me caen bastante mal.
El caso es que, a unas cuantas casas, hace algunos años, uno de mis perros que acostumbraba salir un rato a la calle, solia traerme perros callejeros algunos se quedaban otros no y realmente era traerlos, ya que cuando rascaba la puerta para que le abrieramos casi metia a jalones a algun acompañante su nombre era X (jaja y no no de ahi saque el nombre de hecho uno de los que trajo termino llamandose Z y no no tenia nada que ver con MIB) El caso es que cierto dia, nos trajo a una labrador enorme color chocolate con collar y placa, la cual solo traia el telefono, como era su costumbre la metió a empujones y jalones una perra gigantesca pero muy mansa y agradable, así que como me es habitual en el bendito caso de que tenga su placa marque al numero que era el único dato que tenia mas su nombre "Leia".
Al contestarme indique que su perra estaba en mi casa, que si se había perdido y que podían pasar a recogerla en el momento que quisieran, resulto que la perrita era vecina unas cuantas casas adelante, aunque jamas la había visto. asi empece a verla mas seguido ahora ya es una perra anciana pero de igual carácter que le gusta que le rasquen la barriga y se acuesta para ello, Michelle la adora y cada que la vemos en la calle corre a saludarnos. Igualmente no hicimos amistad, pero si una relación mas cordial con los dueños.
Hace pocos días me dirigí a una tienda cercana y me encontré a la madre de la dueña de Leia, una señora ya en la tercera edad que siempre tiene el gesto desde aquel entonces de saludarme y yo le contesto.
Me sorprendió porque se paro a platicar un rato, preguntándome donde andaba porque ya tenia rato que no me veía ni a mi ni a mi hermana o su hija, yo le comente que por trabajo o luego iba a dejar a mi hija a la escuela la cual vive lejitos, ella ni sabia que tenia yo una hija de casi nueve años :v
A resumidas cuentas, en ciertos momentos notas cuando la gente aun cuando no sea cercana nota tu ausencia, a mi siempre me ha sido raro eso pero pasa, tal vez no estan al pendiente de uno o sus acciones, sin embargo siempre te ven.

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